En 2002, David Gao se embarcó en la industria de la iluminación navideña. Como emprendedor práctico, participó activamente en cada etapa de la producción, desde la selección de materiales hasta el producto final, adquiriendo un conocimiento profundo del proceso de fabricación y los aspectos esenciales del control de calidad. Gracias a esta experiencia, se dio cuenta de que solo logrando bajos costos y manteniendo una alta calidad, más personas podrían disfrutar verdaderamente de la calidez y la alegría de las fiestas.

Sin embargo, a medida que los productos entraban en el mercado, David Gao se topó con una realidad desalentadora: a pesar de su excelente calidad y precios asequibles, el costo de las decoraciones navideñas se disparaba al llegar al consumidor final debido a la acumulación de beneficios en cada nivel intermedio. Sumado a problemas de gestión logística, canales opacos y discriminación de precios, a los clientes a menudo les costaba apreciar la rentabilidad original de los productos.